Todo lo que paso, todo lo que viene..
El tocadiscos gira y gira. La púa apenas se apoya, y ya empiezan a sonar los primeros acordes. Entran como intrusos por nuestros oidos, haciendo vobrar al "cuore", y chamuyandose a los recuerdos para que afloje un "cacho". Y uno empieza a vivir en otra dimension; a soñar; a sentir que las "tabas" solo responden a lo que el maestro le ordena a su orquesta; uno cierra los ojos, respira ondo y deja que el tango fluya, "abrazao" a la compañera y con su mano en nuestro pecho.
Pero mientras todo esto sucede, el mundo parece detenerce, que se paraliza, se congela. El relój se inmola para dejarle el trono al compás, para que él sea el amo y señor del tiempo, y que lo maneje "a gusto e piaccere". Y para que en él convivan más de 100 años de historia..
El tocadiscos gira y gira. Se pisotean una tras otra las pistas en el LP. Maestros y orquestas se suceden una tras otra, como en botica. D´arienzo, Firpo, Canaro, Di Sarli, De Caro, Fresedo, Federico... en 100 años hay mucho para bailar. Y mucho para elegir también. Sosa, Rivero, Gardel, Ledesma, Marino, Vargas, Floreál Ruiz, Nelly Omar, Lamarque, Rivas, V. Luque, Ada Falcón... tantos nombres, tantos recuerdos. Cada uno ligado a su sombra: D´arienzo y La Cumparsita, Pugliese y La Yumba, Villoldo y La Morocha, Troilo y Quejas de bandoneón, Gobbi y Remembranzas, C. Castillo y Bailarin Compadrito...
Sin creerlo, y con un dejo de melancolica nostálgia, nos damos cuenta que no son inmortales. Y sufren las mismas penas que tiene cualquier cristiano nacido en esta tierrra: hambre, pobreza, sueños, fama, riqueza, lujuria.... para, al fin, encomendarce a Dios y seguir milongueando en el cielo. Sino, pregúntenle al Cachafaz si no sigue bailando con Carmencita Calderón...
El tocadiscos gira y gira. Y en él se reproducen, como si fuesen fotogramas, imágenes de la Bs. As. del 900: el café, el arrabal, el fútbol y el turf, la mujer y el bulín, el barrio y el compadrito, el carnaval, el tango, el cabarét, la política, Corrientes y Esmeralda, la muerte..
El tocadiscos gira y gira. De repente, la púa delata un SOL-DO. Y luego el silencio..... Es en ese momento, en el que todo vuelve al trance inicial; se abre los ojos y miramos con amor a la "piba": Todo se detiene: el tocadiscos, la púa, el baile, el tango, el tiempo.... Todos quedan quietos.
Todo vuelve a ser como antes. Incluso las ganas de escuchar un buen tango...
Pero mientras todo esto sucede, el mundo parece detenerce, que se paraliza, se congela. El relój se inmola para dejarle el trono al compás, para que él sea el amo y señor del tiempo, y que lo maneje "a gusto e piaccere". Y para que en él convivan más de 100 años de historia..
El tocadiscos gira y gira. Se pisotean una tras otra las pistas en el LP. Maestros y orquestas se suceden una tras otra, como en botica. D´arienzo, Firpo, Canaro, Di Sarli, De Caro, Fresedo, Federico... en 100 años hay mucho para bailar. Y mucho para elegir también. Sosa, Rivero, Gardel, Ledesma, Marino, Vargas, Floreál Ruiz, Nelly Omar, Lamarque, Rivas, V. Luque, Ada Falcón... tantos nombres, tantos recuerdos. Cada uno ligado a su sombra: D´arienzo y La Cumparsita, Pugliese y La Yumba, Villoldo y La Morocha, Troilo y Quejas de bandoneón, Gobbi y Remembranzas, C. Castillo y Bailarin Compadrito...
Sin creerlo, y con un dejo de melancolica nostálgia, nos damos cuenta que no son inmortales. Y sufren las mismas penas que tiene cualquier cristiano nacido en esta tierrra: hambre, pobreza, sueños, fama, riqueza, lujuria.... para, al fin, encomendarce a Dios y seguir milongueando en el cielo. Sino, pregúntenle al Cachafaz si no sigue bailando con Carmencita Calderón...
El tocadiscos gira y gira. Y en él se reproducen, como si fuesen fotogramas, imágenes de la Bs. As. del 900: el café, el arrabal, el fútbol y el turf, la mujer y el bulín, el barrio y el compadrito, el carnaval, el tango, el cabarét, la política, Corrientes y Esmeralda, la muerte..
El tocadiscos gira y gira. De repente, la púa delata un SOL-DO. Y luego el silencio..... Es en ese momento, en el que todo vuelve al trance inicial; se abre los ojos y miramos con amor a la "piba": Todo se detiene: el tocadiscos, la púa, el baile, el tango, el tiempo.... Todos quedan quietos.
Todo vuelve a ser como antes. Incluso las ganas de escuchar un buen tango...
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No importa cuánto tango hay en tu vida. Sino cuánta vida hay en tu tango |
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